Sin fotónica no hay satélites
F
ue el 28 de julio del año 2004 cuando el entonces gobernador del Estado de México, Arturo Montiel Rojas, firmó el convenio para la creación del Fondo Mixto (Fomix) entre el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la entidad mexiquense, fideicomiso que inyectó la inversión semilla para la creación del Centro Regional de Innovación y Desarrollo Espacial (Cride) de la Agencia Espacial Mexicana (AEM), con el fin de construirse en Atlacomulco. Aunque el Fomix, integrado por el Estado de México y el Conacyt, fue finiquitado en octubre del 2020 junto a otros 90 fideicomisos para ciencia y tecnología, la Legislatura mexiquense ha seguido apoyando el desarrollo del Cride; a veces indirectamente, por ejemplo, a través del apoyo a actividades y proyectos educativos. Tal fue el caso reciente de los 70 millones de pesos que se etiquetaron en el presupuesto estatal de 2021 para financiar la formación de jóvenes en ciencia y tecnología espacial, crear un consorcio de universidades mexiquenses para el desarrollo del espacio y reforzar la oferta en licenciaturas y posgrados en estas materias; todas ellas acciones orientadas a transformar al Estado de México en un referente espacial nacional e internacional.
La inversión continuada a lo largo de estos más de 17 años nos demuestra una vez más que la visión y el apoyo de largo plazo —independiente de las preferencias políticas de quienes, en su momento, ocupen los cargos de representación en los tres niveles de gobierno— garantizan la obtención de resultados positivos que generan tecnologías propias aplicables a los problemas específicos de nuestra sociedad. Una muestra es la puesta en órbita, en julio del año pasado, del nanosatélite D2/Atlacom-1, mediante la misión Transporter-2 de la compañía SpaceX; el dispositivo fue desarrollado en conjunto por las empresas NanoAvionics US, Dragonfly y Space JLTZ, así como por la Universidad Politécnica de Atlacomulco.
Este enérgico inicio del Cride de Atlacomulco resulta muy prometedor, sobre todo luego de la reciente confluencia de voluntades, mostrada en la gira de trabajo que a finales de diciembre pasado realizaron en estas instalaciones de la AEM autoridades federales, estatales y municipales. La intención es proveer a la región con todos los insumos necesarios para atraer una masa crítica que pueda detonar una exitosa industria espacial en ese municipio mexiquense. Esto es muy factible porque Atlacomulco cuenta con una infraestructura de comunicaciones bastante atractiva, con accesos carreteros a núcleos industriales importantes en el país, como lo son los instalados en las zonas metropolitanas de los valles de México y Toluca, pero también hacia el norte, El Bajío y el Pacífico. Vialidades que le permiten acceder también a importantes puertos aéreos y marítimos en ambas costas.
Sin embargo, para que el Cride logre constituirse como el impulsor de una industria espacial mexiquense requiere incorporar otros insumos igualmente necesarios. Entre estos destacan las tecnologías habilitadoras óptica y fotónica, que a nivel mundial representan uno de los sectores de mayor valor de mercado, cuyos sólidos avances han mantenido consistentemente tasas de crecimiento anual compuesto del 7% y hasta 8% durante varios lustros, lo que lleva a varias calificadoras —Mordor Intelligence, entre otras— a pronosticar que estas industrias valdrán más de un millón de millones de dólares estadounidenses para 2026.
Y es que son las tecnologías basadas en la generación de la luz, el control y el manejo de sus propiedades las que hoy en día agregan el mayor valor a sectores que van desde el agroalimentario hasta el aeroespacial. Los dispositivos fotónicos habilitan la imagenología satelital gracias a las nuevas cámaras hiperespectrales, el funcionamiento de sensores de fibra óptica para gases tan relevantes en misiones espaciales como el oxígeno, o en el medio ambiente como el dióxido de carbono; las telecomunicaciones al aire libre, basadas en sistemas láser de alta potencia, o la telemetría sustentada en los lídares, que aumentan significativamente su alcance y resolución, etc. Por ello es imprescindible incluir la óptica y la fotónica en los planes de innovación y desarrollo del Cride de Atlacomulco.
Lo anterior, dicho sin aberraciones.
Fuente: La Lupa